martes, 28 de octubre de 2008

Pies mojados, madres concienciadas

Llueve a cántaros, son más de las 7 de la tarde y los niños del grupo de refuerzo escolar parece que hoy no vendrán. Carmen se ha acercado hace un rato en la furgoneta con Jhoni y Antonio, pero como no tenían deberes y no hay nadie más, al final se han marchado.

A las 7 y media los cinco voluntarios decidimos que también nos vamos y, de camino al metro, me paso por uno de los campamentos para ver a las familias. La entrada está medio inundada y tres saltos y dos traspiés después consigo entrar y allí los encuentro.

Elisa se asoma por la ventana de la caravana y con su voz cantarina me dice hola. Casilda, su madre, sale y me explica que no dejó ir a la niña al refuerzo porque llovía mucho y costaba salir del campamento. “Pero se ha pasado la tarde leyendo porque su profesora me dijo que reforzara la lectura”, me dice.

Me adentro hacia el resto de caravanas y me encuentro a la mamá de Diego, que corre con el otro bebé en brazos para no mojarse. Me explica que Diego está durmiendo en el camión, rendido de sus aventuras en su primer año de colegio. Celeste, la madre de José, nos oye hablar y también se asoma. Esta tarde estuvo en el oculista con el chaval y luego se sentó con él mientras hacía los deberes.

Conversamos, nos reímos, quedamos para recoger a los niños el sábado por la mañana y me despido. Vuelven a las caravanas y yo rehago el camino, con mis tres saltos de rigor para cruzar los charcos y mis traspiés. Muchas de estas madres no saben leer ni escribir y no pueden ayudar a sus hijos a hacer los deberes, pero les animan a seguir estudiando.

Me voy con los pies mojados pero feliz porque son madres concienciadas.

domingo, 26 de octubre de 2008

¿Qué tiene de bueno la crisis económica mundial?

Esta semana me han llegado varios mails que coinciden en una cosa: la crisis es una oportunidad para la transformación social.

En Barcelona, una treintena de organizaciones se han reunido para debatir sobre la crisis. Hay que aprovecharla “para reforzar nuestro rol como agentes de transformación social y para visibilizar nuestra aportación a la sociedad”, han dicho. Y no sólo eso. Ante la previsión de menos dinero público y privado los actores sociales deben ser creativos y eficientes, lograr un discurso común y trabajar en red.

A miles de kilómetros de Barcelona esto se ha hecho realidad. En Pekín, mientras los gobernantes europeos y asiáticos se reunían en la VII Cumbre Asia-Europa, medio millar de entidades sociales han aportado 77 medidas para paliar la crisis. Un poco más al sur, en Mozambique, miles de campesinos de todo el mundo también han puesto sobre la mesa sus propuestas. Y lo mismo han hecho instituciones reconocidas como el Transnational Institute.

Sus ideas se basan en iniciativas que ya funcionan, en compromisos adquiridos y en demandas de millones de personas. Éstas son algunas:

· Invertir el dinero público para rescatar bancos en rentas básicas, viviendas dignas y servicios básicos

· Reducir el gasto militar (sólo en el Estado español, este 2008 cada uno de nosotros hemos destinado 422 euros a armamento)

· Cumplir lo firmado en el Protocolo de Kioto

· No financiar proyectos que crean injusticia social

· No privatizar servicios públicos como el agua, la educación y la salud

· No especular con los alimentos (¿cómo es posible que en la Bolsa de Chiga ya se hayan vendido las cosechas de los próximos siete años si no han sido producidas?, se pregunta Joao Pedro Stedile, del Movimiento de los Sin Tierra en Brasil)

· Promover los presupuestos públicos participativos (como se hace en la brasileña Porto Alegre pero también más cerca, en Rubí, Albacete, Sabadell, Puente Genil...)

Está por ver si los que llevan la sarten por el mango se quitarán los tapones de los oídos para, por lo menos, escuchar estas alternativas contra la crisis e incluirlas en el debate.

martes, 21 de octubre de 2008

Consejos básicos por si te persigue un...

Una vaca. ¡Corre! Aunque si acabas de atravesar un foso ¡no te dirijas hacia él! La experiencia dice que si una vaca se cruza en tu camino debes bordearla, nunca empujarla ni decirle que se aparte porque, de lo contrario, en un plis plas se gira cual ágil bailarina y te arrea con el morro.



Una alpaca.
Aquí requerimos de una logística mayor. Lo ideal es ir dos personas para, en caso de ataque, echar a correr cada una para un lado. Con un poco de suerte persigue a tu compañero/a. Si el perseguido eres tú mejor que corras en zig zag. Y otro consejo: nunca intentes hacerle una foto a un metro de distancia.

Un perro. Nunca entres en la casa de los vecinos, y menos si hace un año que no los ves, saludándolos a voces para que te oigan desde el patio trasero y sin acordarte de los perros. Si uno de los canes aparece y empieza a perseguirte, agacha la cabeza, gírate y despacio deshaz el camino mientras rezas para que aparezca la dueña de 8 años.


Un perro de 15 centímetros. La táctica de la patada es útil para el momento, pero el perro se acordará siempre y cuando vuelvas te estará esperando en la puerta con mirada desafiante.

Una gallina. Aquí el truco está en ser ágil en los primeros momentos para dar varios saltitos y salir de su camino. Verás como en seguida la gallina encuentra otra distracción. Y si te dan miedo, ¡no te metas en el gallinero para llevarles la comida!

** Todos los consejos han sido probados. Se recomienda no ensayarlos en lugares cerrados.

viernes, 17 de octubre de 2008

Madres adolescentes

Mientras cenaba he visto en Cuatro un programa en el que madres adolescentes aprenden a cuidar mejor a sus bebés. Era el último capítulo, nunca antes lo había visto y al encontrármelo haciendo zapping lo he mirado con reticencia. Pero al final me ha enganchado y aquí estoy hablando de él.

Creo que me ha gustado porque se veía que las madres y los hijos avanzaban, que un pequeño paso como bañarlos solas o darles de comer cuando les toca se convertía en una cosa grande. Y realmente lo es.

La primera vez que fui a Ecuador a colaborar con una fundación local me alojé en la casa de acogida que la entidad tiene para madres adolescentes y niños y niñas en situación de riesgo. Allá vivíamos Jessica con su hijo, Verónica con su bebé, Miriam con sus tres hijos, mi amiga Eva y yo.


Desde el principio nos llevamos bien con los niños porque quizás era lo más fácil. El reto fue entenderlas a ellas. No me entraba en la cabeza, por ejemplo, que Miriam casi nunca tocara a sus hijos y que Jhonatan, el mayor, se tuviera que encargar de los pequeños.

Un día me dijo que no quería a Jhonatan. Miriam tenía 25 años, el chaval tenía 9 y sus hermanos pequeños 5 y 3. Se quedó embarazada del primero con 16 años, a causa de una violación.

Otro día, Verónica me contó que su primo abusó de ella y que tuvo a su hijo con apenas 15 años. Una tarde le pregunté por qué no jugaba con el niño y me respondió que ella no sabía jugar. 'Tienes que aprender con él. Él es pequeño y te necesita, no tiene la culpa', le dije. 'Yo tampoco la tengo', me contestó.


Ahora han pasado cinco años y en este tiempo muchos pequeños gestos se han convertido en grandes. Verónica aprendió a jugar con su hijo y hace dos años tuvo una nena. Por lo que sé, trabaja en casa de una señora y puede vivir allí con los pequeños.

Miriam ha aprendido a querer a Jhonatan, a preocuparse para que no vuelva a ser un niño de la calle, a relacionarse con sus hijos pequeños, ha tenido otra hija...

En la tele puede parecer que el proceso acaba en quince días. Pero no es así. Es largo y tiene avances y retrocesos. Y el de las chicas del programa no ha hecho más que empezar.

PD. Las fotos muestran la casa de acogida y el barrio.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Perspectivas de la pobreza

Sábado por la mañana. Una de las entradas al metro da a un puente en el que duermen varias personas. Voy hablando con Jhony, Antonio y Abraham, de 7 a 9 años, cuando de repente se paran en seco y dicen:

- Miiiiira Silvia, ese señor duerme en la calle! ¿Por qué no tiene casa? ¿Nadie le ayuda?

Hago un esfuerzo, cierro la boca que se me abrió del asombro y les explico que hay gente que por un motivo u otro no tiene suficiente dinero para vivir en una casa, que ese señor no encuentra trabajo y que a veces quien debería ayudarle no lo hace de manera suficiente.

Al mismo tiempo, la cabeza me va a mil pensando que ellos tampoco tienen un sitio digno para vivir porque las caravanas acumuladas en las naves industriales del barrio no son un buen lugar para nadie. Pero parece que ellos lo ven de otra manera.

La persona que está en la calle, la familia que malvive en una caravana, la vecina de arriba que vive sola y que con 89 años casi no sale de casa, nosotros, la ONG que atiende a personas en riesgo de exclusión, el experto que busca la estadística, los datos del Gobierno... perspectivas muy diferentes con un denominador común: la pobreza.

PD. Hoy es el Blog Action Day. Participa!

lunes, 13 de octubre de 2008

Los sueños de Carlos, Kioshi, el bisnieto de Satanás y la joven del bebé

Doce horas de autobús pueden ser eternas, pero no lo son si tu compañero de asiento es Carlos B. Este guatemalteco colaboró durante años en la procuraduría de derechos humanos atendiendo denuncias de violencia intrafamiliar y demandas de abusos contra la población indígena que cometían las fuerzas de seguridad.

Un día, Carlos tuvo que mediar en un secuestro. Tras horas de negociaciones liberaron al rehén pero el asunto se giró y los secuestradores decidieron retenerlo a él. Le tocó mediar para sí mismo y, después de 16 horas de cautiverio, lo dejaron ir. Fue ahí cuando dejó su cargo.

A Carlos lo conocí hace dos años. Me contó que, aunque los acuerdos de paz se firmaron hacía una década, las cosas no habían mejorado en Guatemala y que la prueba más clara era que ocho de las familias más ricas que controlan el país son las mismas de siempre.

Kioshi no era miembro de ninguna de esas familias. Cuando tenía 10 años su padre se marchó y al poco él hizo lo mismo. Recorrió muchos lugares de Guatemala, pasó muchas noches en la calle y con una de sus novias tuvo un hijo que murió. El día que lo conocimos estaba en Livingston vendiendo collares de semillas y nos explicaba nervioso que al día siguiente tenía una prueba en un equipo de fútbol que podía cambiarle la vida.

Quien no estaba nada nervioso es el anciano que conocimos en lo alto de una colina saliendo de Livingston. Decía ser bisnieto de Satanás y descendiente de Dios y de manera muy lúcida nos recordó que la Biblia fue escrita por gente con intereses políticos.

Precisamente de intereses políticos y de los sueños de personas como Kioshi y Carlos de una vida mejor se ha hablado estos días en Guatemala. El país ha acogido el Foro Social de las Américas, donde han acudido indígenas campesinos, mujeres organizadas y entidades sociales de base.

En una sola voz han denunciado los efectos que tienen el agronegocio y la minería en los pequeños campesinos, han criticado los efectos negativos de los tratados de libre comercio con EEUU y la UE y han advertido de la existencia de una deuda externa ilegítima.

Pero sobre todo han elaborado una agenda común de acciones y han defendido propuestas, como reformas agrarias igualitarias, el derecho a la soberanía alimentaria, una economía solidaria, el libre tránsito de personas y la propiedad pública del agua.

Quizás si se escuchara a todas estas personas las cosas mejorarían y se evitarían situaciones como la que nos pasó en Sololá, donde una joven maya se nos acercó con su bebé en brazos y nos dijo 'llévenselo'.

sábado, 11 de octubre de 2008

Des-movilizada

Hace diez días que estoy sin teléfono móvil. Me lo dejé olvidado en Madrid y a principios de semana una amiga me lo mandó por correo. En todos estos días, me he dado cuenta de que...
· me entero igual de las cosas importantes

· tengo amigos que, cuando no cojo el teléfono, se preocupan por mí (aunque, la verdad, otros se cagan en mí..)

· algunas amigas me quieren tanto que, aunque saben que no llevo el móvil, me llaman igual ;)

· todavía recuerdo teléfonos de la infancia... pero no sé el de mi casa!

· las madres de mis amigas son el mejor listín telefónico y una de las mejores fuentes de información

· la red de cabinas telefónicas todavía funciona pero cada vez es más difícil encontrar un teléfono en la calle

· lo que más echo de menos de mi móvil es el despertador

· correos está fatal!!!!!

miércoles, 8 de octubre de 2008

Aprender de lo invisible

Tres días de encuentro de voluntariado dan para mucho. Para participar en grupos de trabajo y talleres sobre gestión de voluntariado, comunicación y sensibilización, inteligencia emocional y sobre gestión de conflictos. Para oír cosas como éstas:

· Que los voluntarios/as ponemos cariño, metemos la pata y debemos saber poner límites; y que para eso nos tenemos que formar.

· Que el anonimato del voluntariado no puede ser sinónimo de invisibilidad y debe perseguir el objetivo de transformar realidades.

· Que las entidades necesitan generar espacios de comunicación que vayan más allá de los proyectos.

Con algunas de las cosas que oí estoy de acuerdo, con otras no tanto. Pero lo realmente interesante de este tipo de encuentros es lo que no se ve: las personas que conoces, las experiencias que te explican, las maneras de pensar tan diferentes que encuentras y que parece que persiguen un mismo fin, el pulso que le tomas al sector...

Eso y, por supuesto, lo que ocurre cuando el día de talleres se acaba.

lunes, 6 de octubre de 2008

¿Decrecer para crecer?

Voy con retraso, lo sé, pero igual quería comentarlo. El miércoles pasado fuimos a la presentación del último libro de Carlos Taibo, 150 preguntas sobre el nuevo desorden.

Parece que la cosa no pinta bien. Lo dijo Taibo en su charla, días antes Stephen Hawking predijo el fin de la humanidad en un siglo y ofreció como solución salir al espacio, y hoy en la tele decía algo parecido Paul Auster.

Pero quiero pensar que hay alguna solución. Quizás, como dice Neyda, necesitamos que nos tiren de las orejas cuando no veamos más allá de nuestro minimundo o, como explica Felipe, necesitamos ir a más saraos de este tipo para escuchar cosas que ya sabemos, re-indignarnos y explicarlas.

A mí lo que me llamó más la atención de la conferencia fue esta afirmación tan lógica: Cuando un barco avanza en dirección a un iceberg, para evitar el desastre no basta con reducir la velocidad porque así sólo retardarás el tiempo en llegar.

Entonces Taibo rescató la propuesta de Serge Latouche del decrecimiento y concluyó: “Conviene liberarnos del concepto de desarrollo. El crecimiento es perverso pero el desarrollo sostenible es lo mismo. O es crecimiento o es sostenible.”